Quizás el título de esta entrada sea confuso. Voy a explicar a que me estoy refiriendo con esta pregunta: todos tenemos cuatro necesidades básicas, que son absolutamente imprescindibles, que cubramos para nuestra supervivencia: dormir, comer, beber y respirar. Estamos de acuerdo, que si no las satisfacemos nuestro organismo va a fallar y nos terminará provocando la muerte.
Pero, qué sucede con las necesidades que no son puramente fisiólogicas, esas que nos llevan a la autorrealización, enumeradas por Maslow en su pirámide. Más concretamente, la necesidad de relaciones sociales, ya sean con la familia, amigos o pareja. De ahí la pregunta, cómo las cubrimos? cómo intentamos llenar esa necesidad de amor, apoyo, aprobación…?.
Primera aclaración, si no llenamos esta necesidad no nos vamos a morir, nuestro organismo no va a deteriorarse, pero sí nuestro sistema emocional o psicológico. Segunda aclaración, como no nos vamos a morir, no es sano vivir la necesidad de los demás como algo fundamental para nuestra supervivencia. Nos tenemos que preguntar, entonces, de qué forma la cubrimos?, ya que si es una necesidad, tenemos que aprender a satisfacerla de una forma óptima y sana.
Pongamos un ejemplo: se acerca la hora de la comida y nos sentimos hambrientos. Llegamos a casa y mientras esperamos a sentarnos a la mesa o preparamos la comida, vamos picoteando todo lo que nos encontramos, no porque realmente sea lo que queremos comer, si no por acabar con ese malestar, y lo hacemos de forma impulsiva. Lo que sucede a continuación es que, cuando nos sentamos a la mesa y tenemos delante el plato que realmente queriamos, ya estamos saciados y no nos apetece, lo comemos pero no lo disfrutamos. Nos hemos llenado pero no nos sentimos satisfechos e incluso, muchas veces, ni alimentados.
Así es como actuamos, en nuestras relaciones sociales, con amigos, familia, pareja. Nos conformamos con lo que nos dan por no sentir el vacío de la soledad, la angustia a perderles, por sentirnos queridos o aprobados. Aceptamos actitudes, conductas de los demás que nos hacen sentir mal pero que nos ayudan a mantener esa necesidad a raya. Otras veces, somos nosotros mismos los que generamos esas relaciones con una conducta sumisa y pasiva, donde nos esforzamos en agradar a los demás, anteponiendo sus interéses, necesidades o expectativas a las nuestras. No hace falta ni si quiera que ellos nos lo demanden o exijan, somos nosotros mismos los que ofrecemos nuestra cabeza en bandeja de plata con letrero luminoso de: HAZ CONMIGO LO QUE QUIERAS!. Es la Dependencia Emocional. Nos convierte en hambrientos constantes, que se conforman con los restos o con las migas de pan que nos quieran ofrecer, con miedo a pedir lo que nos merecen o realmente necesitamos.
Sí tenemos una necesidad social, sí necesitamos y es sano tener, sentir el respaldo de los demás, pero tenemos que preguntarnos: cómo queremos llenarnos?. Nos procuramos una cama cómoda para tener un buen descanso, bebidas refrescantes que nos sacien la sed, comida rica y nutritiva, a parte de sabrosa, respirar aire puro…¿nos vamos a conformar con cualquier tipo de relación?.
Si sientes que estableces con los demás relaciones basadas en la dependencia emocional y no te sientes capaz de cambiarlo por ti mismo/a, pide ayuda. En serio, no pasa nada, ERES IGUAL DE VÁLIDA/O!