mayo 10 2017 0Comentarios
¿y si?

y si…?

Y  si me despiden?, y si hago mal la entrevista?, y si se me olvida todo lo que he estudiado?, y si no le gusto?, y si me pasa algo o le pasa algo?, y si me deja, me engaña, le pierdo?… Cuántas veces nos ha pasado por la cabeza algún interrogante parecido?, en el ámbito del trabajo, de la pareja, los estudios, familia o relacionado con nosotros mismos, nuestras capacidades o habilidades para afrontar ciertas circunstancias.

Ésta  forma de pensar parece lógica, nos da la sensación de que estamos intentando planificar, anticipar los acontecimientos o solucionar posibles problemas que pueden aparecer.

Algunas personas lo utilizan como forma de prepararse para lo peor que les puede suceder, creyendo que así el impacto emocional será  menor. Otros  sienten también una falsa sensación de control sobre los acontecimientos venideros, les da seguridad, es un pensamiento mágico a modo de escudo protector, creen que así tienen todas las posibles opciones manejadas, el problema es que las variables son infinitas. En otras personas es la visión pesimista de la vida en general, la famosa ley de Murphy: ” si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal” y de hecho buscan, de forma inconsciente, todas las pruebas que confirmen dicha hipótesis, el efecto que se genera es el de  profecía autocumplida, confirmamos que teníamos razón y que no podemos hacer nada para  cambiar lo que nos sucede.

Si que a veces preocuparse ante una situación que es importante para nosotros y para la cual no encontramos solución en un principio, es normalEl problema surge cuando traspasamos la delgada línea de esa preocupación lógica y caemos en la anticipación negativa o preocupación excesiva, caemos en un bucle que nos arrastra de una suposición a otra más negativa, cuyo resultado es magnificación de lo que lo que está sucediendo y el catastrofismo,  generándonos angustia, miedo excesivo, inseguridad, toma de decisiones erróneas o bloqueo.

Cómo podemos manejar estos pensamientos:

  1. Intenta relajarte: intenta distraerte de esa situación o problema que te angustia.
  2. Céntrate en el aquí y ahora, en lo que está sucediendo en el presente.
  3. No generalices, no te dejes llevar por el todo, nada, nunca, siempre, bien, mal.
  4. Piensa, qué es lo peor que puede pasar y qué probabilidades reales hay de que suceda?
  5. Trabaja tu autoestima, refuérzate, confía en tu capacidad para resolver cualquier situación. Recuerda las veces que ya lo has hecho antes.

Como dice un proverbio chino: si tienes un problema que no tiene solución, para qué te preocupas? Y si tiene solución, para qué te preocupas?.

Aún así si ves que te genera un malestar significativo y no puedes manejarlo, pide ayuda. En serio no pasa nada. Eres igual de Válida/o!.